lunes, 16 de junio de 2008

Spaghetti al dente

Llevo unos días fuera de circulación.

No es que me hayan quitado el carné. Todavía... Es que aparte de las tribulaciones propias de un fin de curso cualquiera ¡Valentina ha encontrado a sus padres verdaderos!

La he felicitado cordialmente. Con lo grande que es el mundo... ¡y mira que encontrar a sus padres justo en Canarias! No somos nadie... Y el mundo es una caja de pañuelos. Porque también se ha encontrado a su tía.

Los verdaderos padres de Valentina son dos: un padre y una madre. Y yo, que soy la madre putativa. Aunque también soy bastante casera... Lo que pasa es que todavía ando pensando qué clase de parentesco nos une. ¡Porque a mí no se parecen...! Y menos la tía, que ni siquiera es morena. Y lo que son las cosas, se parecen más bien a Valentina... Pero a lo mejor tenemos un gen en común... Algo tiene que ser, porque si no, no me explico lo de la Cosa Nostra.

En fin, que estamos todos de enhorabuena por tan insólito encuentro. Aunque le voy a decir a Valentina que la próxima vez haga sus investigaciones en otra época, que a final de curso no se puede ir aumentando la familia así como así.

Lo estamos celebrando a base de pasta. Esta noche toca pasta a la marinera... Y es por eso que, de tanto comer espaguetis, no me queda tiempo ni de escribir ni de pasarme por sus casas. Estoy empezando a pensar que me tienen secuestrada. ¡Pero dile que no a la mafia...! Aunque sean de tu misma sangre...

El día que termine de comer, intentaré hacer la digestión. Y después retomaré mi ritmo de visitas. Lo echo de menos... Mientras, le deseo lo mejor a todos los que pasen por aquí.

Bueno... y a los demás también...

martes, 3 de junio de 2008

Aguamarina Golf

El viernes, día de Canarias, nos encaminamos hacia el sur. Gracias a mi inusual sentido de la orientación y cuando sólo llevábamos tres cuartos de hora parados, sospeché que estábamos en un atasco.

¡Había coches de todos los colores! La autopista parecía sembrada de gominolas que avanzaban a paso lento y majestuoso hacia el sur. ¿Será posible? ¡Toda esa gente había nacido el 27 de mayo del 89! Y además... ¡se me estaban adelantando! ¡Y la idea era mía! Así que, desde que logramos desviarnos, cogimos un atajo. Y nos fuimos al sur por el monte... ¡Qué buena idea! La carretera sólo tenía un centenar de curvas, pero a nadie se le ocurrió ir por ahí. ¡Así que los adelantamos a todos! Lo vi desde arriba... Lo que pasa es que ellos iban hacia el sur, y nosotros hacia el Teide. Total...

¡Que se preparen en el hotel! - pensé gozosa - Cuando logre llegar, me resarciré con creces... Hotel de cuatro estrellas, tres piscinas, magníficas instalaciones, pistas de tenis, acceso a una playa, campos de golf... ¡Y todo incluido!

Sobre las tres de la tarde llegamos a ¡Aguamarina Golf! ¡El hotel de cuatro estrellas! ¿Quiénes serían? ¿Alain Delon? ¿Harrison Ford acaso? Recé para que no estuviera Mónica Bellucci, que le encanta a mi no pareja. Y me preparé para conocer en persona a las estrellas más famosas del mundo del cine. ¡A cuatro! Nada más y nada menos... ¡Cómo iba a fardar el lunes en el cole! El viernes cené con Jack Nicholson y el sábado tomé café con Robert de Niro. Ya me veía conversando animadamente con Susan Sarandon o tomando el té con Julia Roberts.

En fin, que llegamos al hotel... Lo primero que me sorprendió agradablemente fue el aparcamiento. Era un aparcamiento con toda la tierra incluida. Como los descampados, pero con más baches. Qué entrañable. Supuse que el aparcamiento de verdad estaría lleno con los coches de las estrellas. Así que no le di importancia y me dispuse a hacer mi entrada triunfal en el hotel. Ya en recepción nos atendió un señor con media mueca que nos sacó una foto. Por si nos perdíamos... Y a partir de ese momento la política del todo incluido se apoderó de mí.

¡Qué maravilla! ¡La piscina tenía toda el agua incluida! Lo mismo pasaba con la habitación, que era con camas incluidas. Además, la habitación también incluía todo el baño, paredes, cortinas y tele, con mesa incluida. Las sábanas incluían algún agujero, para que se viera bien que el colchón era de calidad. La calidad del colchón no estaba incluida. Había un chiringuito a modo de cafetería que era adorable. Además de tener techo, ofrecía una amplia variedad de papas fritas congeladas y papas congeladas fritas, con ketchup y plato incluido. Y para mi asombro, también había una cafetería interior que servía café de máquina y refrescos de grifo, ¡con todo el vaso incluido!

Este maravilloso hotel tenía incluido el acceso a una playa. Y la playa tenía incluidas unas rocas tan grandes y maravillosamente duras que no las probamos. El mini golf incluía un palo para todo el hotel, porque el segundo estaba roto, pobres... Y naturalmente las únicas dos pelotas, aparte de las del dueño, también estaban incluidas. El billar tenía las bolas incluidas, pero estaban tan dentro que no las vimos. Y el futbolín estaba incluido en el "todo fuera de servicio", igual que las dos piscinas restantes. El buffet tenía la comida incluida en bandejas y su calidad era igual a la del colchón. ¡Y las pistas de tenis incluían red! Lástima que el todo incluido empezaba a las once de la mañana y acababa a las once de la noche... Que si no...¡me pongo las botas!

Total, que lo único que no estaba incluido en este hotel eran las cartas, que pertenecían a la categoría del "todo robado". Así que las compramos, porque las instalaciones eran demasiado bonitas como para usarlas. ¡Que las íbamos a gastar...! Y como el sol salió el domingo, nos pasamos el fin de semana viendo la tele, jugando a las cartas y admirando la vegetación del hotel, con sus hojas incluidas y todo.

Por mucho que busqué, no vi a ninguna estrella. A lo mejor me equivoqué y era un hotel de cuatro velas. Vaya usted a saber... Lo cierto es que llevo dos días pensando si "timo" y "estafa" significan lo mismo. Porque de ser así, el hotel Aguamarina Golf puede añadir estas palabras a su todo incluido.

Y un último consejo: Si vienen... ¡no vayan!