Desde luego, viajar a Sevilla ha sido fantástico. ¡No conozco otra Sevilla igual!
Como se puede apreciar en la foto, Sevilla tiene un TAV. Tren de alta velocidad. O tranvía... Aunque todo el mundo viaja en bici. Menos los que salimos en la foto. Que no tenemos tique. Yo estoy especialmente contenta porque una señora acaba de leerme la mano y me ha dicho que la tengo limpia. Menos mal... ¡Anda que si me llega a encontrar una chuleta! Y como premio me ha vendido una rama de romero. ¡A precio de ganga! Aunque yo no pienso cocinar estos días. Que para algo estoy de vacaciones.
Además del modernísimo TAV, Sevilla tiene muchas torres. La Giralda, la del Oro y la de Pisa. Entre muchas otras... Pero como son torres tan altas y torcidas no caben en la foto. Y sólo se me ve a mí que soy normal. A mis pies, una alcantarilla de Sevilla. Con reminiscencias árabes y moriscas. Una verdadera joya de la arquitectura grecorromana. Yo estoy especialmente contenta porque unos gorriones se acaban de hacer caca en mi abrigo. Así que, gracias a ellos, ya tengo traje de faralaes. ¡Y sin casi proponérmelo!
A la derecha, las murallas de Sevilla. Creo recordar... Y a la izquierda, una de sus famosas tascas con todos los platos a la vista. ¡Hay que ver lo bien que se come en Sevilla! Yo estoy especialmente contenta porque por fin voy a probar pescaito frito y chop suey de gambas. Al fondo, una de las pocas cuestas de la ciudad. Y me tocó a mí.
Adentrándonos en la Sevilla más salvaje podemos encontrar muchos parques y jardines. Como el de María Luisa, García Sanabria y Doñana. El de la foto no es ninguno de los tres. Pero tiene una fuente al fondo. La de Trevi. Yo estoy especialmente contenta porque por fin voy a poder tirar una moneda y pedir un deseo. Aunque tengo entendido que los deseos se piden en los pozos. Pero da igual. Así es más fácil recuperar la moneda.
No podía faltar en este reportaje la Sevilla monumental. Qué de monumentos hay en esta ciudad. Empezando por el Arco de Triunfo. Bajo el cual estoy haciendo guardia... Y terminando por el Puente de los Suspiros. Que cruza el río que pasa por debajo. Yo estoy especialmente seria porque estoy ensayando los suspiros que voy a dar cuando llegue al puente.
Pero señores... qué voy a decir yo de Sevilla...
¡Si Sevilla es para verla! Y enamorarse...
¿Quieres ver algo realmente terrorífico?
Hace 19 horas