jueves, 13 de febrero de 2014

Hay que Wert...

Hay que Wert lo mal que está la educación en este país...


No hay manera de que un maestro, en condiciones normales, logre terminar el temario. ¡Todos los días son días! Sin ir más lejos, hoy es el día del Soltero. ¡Y todos los solteros a celebrarlo! Pero si el año tiene doce meses... ¿cómo es posible que haya 365 días de fiesta? No sé, sobran días o faltan meses... El que hizo el calendario se pifió...

No hay más que echarle un ojo al almanaque. Catorce de marzo, día de Pi. ¿Y quién es este señor para tener que celebrarlo?  No sé, seamos realistas... Si se usa un día para cada sílaba ¡el año no se acaba nunca! El 20 de marzo es el día Sin Carne. ¡Qué puritanos...! Y el día siguiente, de tanto aburrimiento, se celebra el día del Sueño. A ese me apunto siempre. Y si puedo lo repito... En mayo hay dos que me encantan. Esos días me siento profunda e insondable como nunca. El día de la Tortuga y el día de la Toalla. Maravillosos.

En mi lista de favoritos también tengo el día del Picnic y el día del Lavado de Manos. Qué menos... El día del Disco de Vinilo, que es muy relajante. El día de los Zurdos, que aunque soy ambidiestra, lo celebro igualmente. El día Mundial de las Personas de Edad, o sea, todas... El de la Jerga Pirata, que me parece muy útil. El día del Inodoro, que debería ser todos los días... El día de la Rabia, en septiembre, cuando empieza el curso... Y el mejor de todos, ¡el día Sin Compras! ¡Ese día me llevo todo lo que quiero sin pagar! El que lo inventó merece un premio. Qué ganga de día. Y para ser solidaria, también celebro el día Mundial contra la Corrupción. Ese día podemos dormir todos tranquilos. Para que luego digan que en España...

Total, que con éstos y otros muchos días de fiesta, nos pasamos el año celebrando. Hoy un dibujo de Paloma de la Paz, mañana un panel del día del Libro... y así se va el curso. Sin dar ni Lengua ni Matemáticas. Y los niños llegan tan despistados a la Universidad ¡que con razón no les dan beca! Y después son las fugas de cerebros. Como el mío. Que todavía lo estoy buscando...

Por eso hace un par de semanas, cuando me dijeron que era el día del Simulacro de Evacuación, me entraron, de repente, muchas ganas de hacer pis.  Wert para creert... ¡Día de la Evacuación! ¿Cómo es posible? ¿Pero es que esas cosas no se hacen en casa? ¿Qué pretendían mis jefes? ¿Una evacuación en masa? Así... Al aire libre... Como si fuéramos gallinas... ¡Porque todos no íbamos a caber en el baño...!

La consigna era la siguiente: al tercer toque de timbre todo el mundo tiene que salir ordenadamente de clase y formar fila en el poli de abajo ¡Al lado de los baños! Hay que bajar la palanca del aula, cerrar puertas y ventanas y asegurarse de que ningún niño se quede atrás. ¡Qué escándalo! ¡Así que íbamos a estar todos en el poli peleándonos por el baño!  ¡Ni que fuera el día del Inodoro...!

Mis preocupaciones se diluyeron cual evacuación cuando reparé en mi estatus socio-político. Reuní a los niños, les expliqué el plan, y, como tengo la suerte de ser la mayor de mi clase ¡me puse primera en la fila! Todavía no había tocado el segundo timbre cuando salí como loca hacia la puerta del baño más cercano. ¡Qué agilidad mental tan desmedida y ergonómica la mía...! Me encerré con llave por si las moscas y, feliz por ser la primera en celebrar el día, simulé una evacuación poco menos que perfecta. Fue la evacuación del año. No me cabe duda.

Fuera, los niños esperaban su turno en la fila, callados, mientras un chico desconocido tomaba nota de todo. Seguro que va a dar un informe excelente de mi actuación. ¡Qué más se puede pedir para un día tan refinado y denigrante...!  Salí del baño sólo cuando tocó el timbre del recreo. Profesores y alumnos me miraron asombrados y circunspectos. ¡Seguro que el año que viene alguien me copia...! Les hice un par de reverencias y me llevé el dedo a la boca para que entendieran que no hacía falta aplaudir. Me hicieron caso... Y así acabó mi grandioso día de Evacuación. Un día más que añadir a la larga lista de días útiles y placenteros.

Y ahora a esperar a diciembre. Al día del Escepticismo. Que no lo entiendo, pero creo que pega con la época...