Medio Oriente es fantástico. Como llegamos por la noche tuve que esperar hasta el día siguiente para ver la otra mitad. Pero me gustó también.
El primer día hicimos una visita histórica. Qué ciudad tan portentosa. Daba gusto cruzar la calle. En la misma vía circulaban coches, bicicletas, motos, guaguas, caballos, carretas, ciclomotores, calesas, carricoches, burros y personas andando.¡Y en todas direcciones! Y allí estaba yo, sintiéndome parte del tráfico rodado, intentando llegar a alguna acera que cada vez se me antojaba más lejana.
Camuflada entre la gente me dediqué a observar el caos monumental que tenía delante. Parecía un baile sincronizado. Se deslizaban los vehículos, los animales y la gente, ignorándose los unos a los otros hasta cruzarse entre sí a pocos centímetros de distancia. Qué fácil parecía. Pero hay que ser marraqueño para cruzar bien una calle. Lo aprendí el primer día...
Con una enorme sonrisa me lancé al tráfico. Quería bailar como ellos. Pero no me salió. Así que empecé a saltar sollozando mientras los coches me rozaban, las bicicletas me pitaban, los burros me rebuznaban y todo el mundo se quedaba asombrado con mi nuevo baile: la muerte del cisne.
Después de varias piruetas y un par de cabriolas logré llegar al otro extemo. Este ritual se repitió durante toda mi estancia allí, a pesar de que mi no pareja intentó convencerme de que no llorara mientras cruzaba la calle. No fue posible. ¡Con lo bien que se ve la Kutubia desde lejos! ¡Total, es igual que La Giralda! Pero en otro idioma.
Al final la vimos desde fuera, porque resulta que los canarios no pueden entrar en las mosquitas. No sé. Será que no cabemos todos... Pues dando saltos logré llegar a la plazuela de Jamaa el Fna. Cruzando un camino que daba a la plazoleta había un montón de calesas en fila. Con todos sus caballos. Mira que son ingeniosos estos marraqueños. Han ideado un pañal para caballos, así mantienen limpia la ciudad de caca. ¡De caca de caballo...! ¡La ciudad es muy bonita...! Así que gracias a este pañal sólo tienes que esquivar los charcos de pis. Genial.
Ya en la plaza y echando un efímero vistazo, pensé que el emperador había convocado un baile, de tantos trajes largos que vi. Todo el mundo iba muy elegante con su ropa de fiesta y sus velos. Y qué preciosidad de colores. ¡Si algunos hasta llevaban sombrero! Y así, rodeada de sedas, damascos y brocados, empecé a adentrarme en el corazón de Jamaa el Fna.
La plaza estaba abarrotada de gente, burros y de las omnipresentes bicicletas y ciclomotores que circulaban a toda mecha entre las personas. Entre bocinazo y bocinazo se distinguía el dulce sonido de una zambomba. O era una gaita marraqueña. No recuerdo bien. Creando una atmósfera mágica y mítica que soliviantaba el corazón. Yo miraba boquiabierta, rodeada de acróbatas, contadores de cuentos, magos, encantadores de serpientes... Mientras, el aire se iba llenando con el olor de las especias y los fritos de pescado que venían de los chiringuitos que empezaban a aparecer como por arte de magia.
Me paré en el centro de aquel paraíso, cuando de repente vi a un hombre larguirucho, con una túnica hasta el suelo, que se dirigía hacia mí a una velocidad impredecible. El señor movía los brazos, abiertos hacia el cielo, sosteniendo entre sus manos un cinturón de considerables dimensiones. No me dio tiempo de nada. Cuando me di cuenta el marraqueño estaba plantado ante mí y me había colgado del cuello una serpiente. ¡Una serpiente! ¡Pero qué clase de cinturones usan los de allí!
Me quedé paralizada como un perro a punto de cazar la mejor pieza. Los ojos estuvieron a punto de escapárseme. Así que los cerré. Sentí ese cuerpo víscido enroscarse en mi cintura mientras su dueño repetía: ¡Foto, foto! Por lo que maldije interiormente a la serpiente, al hombre, a la plaza, a los burros y a unos cuantos monos que había por allí. Pero me hice la foto. Salgo realmente horrenda. Serpiente entre las manos, ojos cerrados y una mueca indescriptible de asco y desesperación.
Así que la foto no me sirve. Por culpa de mi no pareja que no supo captar bien ese momento de gloria irrepetible. Porque sin lugar a dudas, la foto no la voy a repetir. Jamás.
Tengo la impresión de que no me da el papel para seguir escribiendo. No pensé alargarme tanto. Seguiré otro día. Cuando no sea la hora de cenar.
El primer día hicimos una visita histórica. Qué ciudad tan portentosa. Daba gusto cruzar la calle. En la misma vía circulaban coches, bicicletas, motos, guaguas, caballos, carretas, ciclomotores, calesas, carricoches, burros y personas andando.¡Y en todas direcciones! Y allí estaba yo, sintiéndome parte del tráfico rodado, intentando llegar a alguna acera que cada vez se me antojaba más lejana.
Camuflada entre la gente me dediqué a observar el caos monumental que tenía delante. Parecía un baile sincronizado. Se deslizaban los vehículos, los animales y la gente, ignorándose los unos a los otros hasta cruzarse entre sí a pocos centímetros de distancia. Qué fácil parecía. Pero hay que ser marraqueño para cruzar bien una calle. Lo aprendí el primer día...
Con una enorme sonrisa me lancé al tráfico. Quería bailar como ellos. Pero no me salió. Así que empecé a saltar sollozando mientras los coches me rozaban, las bicicletas me pitaban, los burros me rebuznaban y todo el mundo se quedaba asombrado con mi nuevo baile: la muerte del cisne.
Después de varias piruetas y un par de cabriolas logré llegar al otro extemo. Este ritual se repitió durante toda mi estancia allí, a pesar de que mi no pareja intentó convencerme de que no llorara mientras cruzaba la calle. No fue posible. ¡Con lo bien que se ve la Kutubia desde lejos! ¡Total, es igual que La Giralda! Pero en otro idioma.
Al final la vimos desde fuera, porque resulta que los canarios no pueden entrar en las mosquitas. No sé. Será que no cabemos todos... Pues dando saltos logré llegar a la plazuela de Jamaa el Fna. Cruzando un camino que daba a la plazoleta había un montón de calesas en fila. Con todos sus caballos. Mira que son ingeniosos estos marraqueños. Han ideado un pañal para caballos, así mantienen limpia la ciudad de caca. ¡De caca de caballo...! ¡La ciudad es muy bonita...! Así que gracias a este pañal sólo tienes que esquivar los charcos de pis. Genial.
Ya en la plaza y echando un efímero vistazo, pensé que el emperador había convocado un baile, de tantos trajes largos que vi. Todo el mundo iba muy elegante con su ropa de fiesta y sus velos. Y qué preciosidad de colores. ¡Si algunos hasta llevaban sombrero! Y así, rodeada de sedas, damascos y brocados, empecé a adentrarme en el corazón de Jamaa el Fna.
La plaza estaba abarrotada de gente, burros y de las omnipresentes bicicletas y ciclomotores que circulaban a toda mecha entre las personas. Entre bocinazo y bocinazo se distinguía el dulce sonido de una zambomba. O era una gaita marraqueña. No recuerdo bien. Creando una atmósfera mágica y mítica que soliviantaba el corazón. Yo miraba boquiabierta, rodeada de acróbatas, contadores de cuentos, magos, encantadores de serpientes... Mientras, el aire se iba llenando con el olor de las especias y los fritos de pescado que venían de los chiringuitos que empezaban a aparecer como por arte de magia.
Me paré en el centro de aquel paraíso, cuando de repente vi a un hombre larguirucho, con una túnica hasta el suelo, que se dirigía hacia mí a una velocidad impredecible. El señor movía los brazos, abiertos hacia el cielo, sosteniendo entre sus manos un cinturón de considerables dimensiones. No me dio tiempo de nada. Cuando me di cuenta el marraqueño estaba plantado ante mí y me había colgado del cuello una serpiente. ¡Una serpiente! ¡Pero qué clase de cinturones usan los de allí!
Me quedé paralizada como un perro a punto de cazar la mejor pieza. Los ojos estuvieron a punto de escapárseme. Así que los cerré. Sentí ese cuerpo víscido enroscarse en mi cintura mientras su dueño repetía: ¡Foto, foto! Por lo que maldije interiormente a la serpiente, al hombre, a la plaza, a los burros y a unos cuantos monos que había por allí. Pero me hice la foto. Salgo realmente horrenda. Serpiente entre las manos, ojos cerrados y una mueca indescriptible de asco y desesperación.
Así que la foto no me sirve. Por culpa de mi no pareja que no supo captar bien ese momento de gloria irrepetible. Porque sin lugar a dudas, la foto no la voy a repetir. Jamás.
Tengo la impresión de que no me da el papel para seguir escribiendo. No pensé alargarme tanto. Seguiré otro día. Cuando no sea la hora de cenar.
37 comentarios:
Marrakesh es un lugar mágico, pero nosotros, los occidentales, las magias las aguantamos más bien poco... En fin, aunque no encontrarás a "la abuelita", espero que tu experiencia en el reino de Marruecos, haya tenido algo hermoso aunque quizás haya quedado rezagado en tu recuerdo y salga después...
Un abrazote
Hannah
Pero qué bien eliges los adjetivos, tienen tanta carga visual que es fácil imaginarte, casi verte, con los ojos desorbitados mientras el marraqueño te cuelga la serpiente al cuello. Seguro que, pasado el estupor inicial, hasta la acariciaste y todo. Un beso.
En mi vida fuera de este Paraíso canario pisando tierras también africanas pero de media luna, aprendí el arte de cruzar la calle.
¿No ves lo bien que me desenvuelvo en el cole cuando salgo de la sala de profesores y paso entre los chicos que van al comedor? jaja
Si algún día ves en La Laguna lagunera a un ser cruzando por medio de una rotonda, entre coches, pitas, miradas de asombro... ese sere yo.
Los vicios los pillo todos.
Cómo?
Continuará?
mmm...
Ya te avisé de lo de los burros... Yo también tengo la foto de la serpiente, pero con la diferencia de que a mí me gustan y la estaba acariciando. Casi me la quedo.Un beso.
madre mía que susto!!! no veas las ganas que dan de escaparse a Marrakech al leerte... jejej pasando por alto el tema serpiente!!
Me ha encantado la descripción...quiero más, please
Lo del trafico es asi... y lo mejor de todo... es que no ves ni un accidente, verdad??? que coordinacion que tienen!!!
Un besitooo y yo tampoco me haria una foto de esas... que cosilla!!!
¿Yo no te comenté ayer? Ah, pues no... qué despiste!
Te iba a comentar que yo me llevé una mayúscula sorpresa (tonta, por otra parte) cuando acaricié una serpiente (creo que era una pitón, pero no me hagas mucho caso) en una exhibición zoológica, y resultó que era tan agradablemente suave, tan lejano el tacto de la sensación viscosa y pegajosa que tenía metida en el sentido prejuiciado, que se me quedó la mano atraída por ese cuerpecillo sin patas. Luego caí en que a cuento de qué, si no, iban a hacer bolsos y zapatos de piel de serpiente... Aplastante lógica que rezuma una.
Quedo a la espera del resto de la narración, me he reído mucho, digooooooo, he llorado mucho (contigo, no de ti) de "verte" cruzando esas calles tan peligrosas. Me recuerda cuando mi suegro cuenta que para cruzar por un paso de peatones en El Cairo tenían que ponerse en posición de salida de atletas de 100 metros lisos, porque si no, no les daba tiempo a cruzar antes de que el semáforo se les volviera a poner rojo.
Besazos.
es verdad lo que dices, hay ciudades donde tienes que ser nacido en el lugar para poder cruzar las calles y no morir en el intento ... tu descripcion me recuerda algunos lugares de China, por ejemplo Shanghai, donde no solo es dificil cruzar las calles, sino que no me imagino conducir un auto alli,de seguro me llevaria por delante mas de un ciclista ... en fin, menuda experiencia la tuya con esa "bicha"... debe haber sido bastante impresionante, yo les tengo mucha aversion, pero el loco de mi jefe cuando soltero, tenia una serpiente enorme como mascota en su apartamento ... lo podes creer?
besos,
ja ja, leyéndote me siento como si todavía estuviera allí!!, sobre todo con la foto de los dientes, qué impresioonnnnnnnnnnn!!!!!!!!!!!
¡Oye...! fabuloso el relato. Tienes que escribir un libro que el éxito está asegurado.
En cuanto a lo de la serpiente, yo creo que deberías haber repetido la foto :))
Besos
Ahora vales 10000 camellos y una serpiente...que tambien tendrá algun valor....
Quiero decir, que valor tuviste con esa "bicha" en tu cintura....joder...
¿La teoria del "caos", sabes si la inventaron en Marrakech?....jajaja
Bueno Zaffe...que pasaba a dejarte un poco de cariñooooo♥♥♥...estoy de reparto domiciliario....Ciao.
Para que veas, y los cocheros españoles se niegan a poner el pañal a los caballos:
http://www.20minutos.es/noticia/349522/0/cocheros/panales/caballos/
Me gustaría mucho que eligieras uno de los tres premios que he seleccionado para tí.
Un abrazo.
Me sorprende mucho el ingenio y la apertura de los marroquíes al dotar a los caballos de un pañal equestre para las aguas mayores. Sin embargo, tal y como usted deja entrever, el pis continúa siendo un problema. A mi entender, no sería tecnológicamente complicado hacerse con unos cuantos depositos de los que usan las secadoras para acumular el agua condensada. Se les ensancha un poco el agujero colector y se prenden al pito del caballo (¿se puede llamar "pito" al "pitorro" de un caballo?).
Y ya que tienen el depósito condensador, tal vez mientras los caballos estuvieran aparcados se podrían usar para tender en sus lomos calientes las túnicas y los velos recién lavados para que se sequen apropiadamente. Quedarían bien planchados, porque la grupa del caballo es lisa como culito de bebé.
(es una lástima que no se haya atrevido con la foto de la serpiente: supongo que lo habrá hecho porque la serpiente era menor de edad, para proteger su intimidad infantil...)
Hannah: ¿Algo hermoso? Si ha sido maravilloso! Como bien dices, mágico.
Miroslav: Gracias por tan generoso comentario...!
Majek: Eso de esquivar semejante turba saliendo de comedor tiene mérito. Se nota que estás bien entrenado!
Necio Hutopo: Es que tengo tanto que contar que me va a ser difícil resumirlo.
Susana: Ay Susana! Cuánta razón tenías...! Cada vez que veía un burro me acordaba de ti...Bueno, de tu comentario...
Aunqueyonoescriba: Pues es una experiencia recomendable. La serpiente no, el lugar. Es otro mundo.
Un beso muy grande a todos y muchísimas gracias.
¡¡¡y sigue la señora Zaffe poniéndonos los dientes largos!!! pues si señora...sigue por favor, que me encanta leer todo lo que nos cuentas de ese sitio seguro que magiquísimo, me gustaría hacerte un comentario más largo pero lo dejaré para otro día que no sea la hora de cenar...jajaja
P.d: gracias por preocuparte por mi salud...jijijiji
Besitos lindura
Pilar: No te preocupes, te vas a hartar...
Acoolgirl: Pues sí, no choca ni uno. Eso es porque yo no conducía, que si no hago estragos!
Illya: Pero a que son frías...! Más de una vez me quedé con un pie en la acera y el otro en el aire sin atreverme a dar el salto!
Eva: Mira Eva, si llego a estar conduciendo yo hubiese terminado en un hospital, te lo aseguro. Tu jefe es un poco rarito..., con lo bonitos que son los perros!
Joaninha: Qué pena que no nos hayamos visto, no te encontraste con la serpiente?
Gracias a todos por la visita y un abrazo muy fuerte.
Julio-entuinterior: Pues como no aprenda a resumir rápido me va a salir un libro de verdad. Pues la serpiente es muy fotogénica...
By Alex: Pues es posible que sí, que se haya inventado allí. Es el mayor caos que he visto después de mi colegio a las nueve de la mañana.
Koti: Qué casualidad! Ya lo vi. Vale que los caballos no opinan, pero yo creo que estaban bastante cómodos... De todas formas, espero que el saco sea desechable...
Franziska: Muchas gracias preciosa, me voy a quedar con el más cálido, que está haciendo frío y no tenemos calefacción. Gracias linda!
Johnny Ingle: Debería patentar ese invento, igual le reporta pingües beneficios... Pero antes más vale que aprenda árabe, para que deje bien claro de qué pito se trata...
Un beso muy grande, gracias y hasta la próxima!
María: No sé qué pasa pero últimamente no recibo aviso de los comentarios, así que acabo de ver el tuyo. Encantada yo de que estés mejor y encantadísima de haber conocido a tu mum.
Un beso enorme linda y cuídate...
Esto.... ¿cuerpo víscido? ¿que es un cuerpo víscido? Y otra cosa... ¿a los canarios no nos dejan entrar en las mosquitas esas... y ya lo sabe el señor Cubillo? ;D
Besos
Cada día me gustas más... bueno, me refiero a lo que escribes... bueno, a ti también pero... ejem... nada, déjalo :D
Jajaja, que pasada no??
Besos!
Tuve en tiempos una corta pero enrevesada relación comercial con Marruecos y juré no volver. Leyéndote, con esa gracia tan genial, me lo voy a pensar.
Besos
El hombre ese que tan amablemente te coloca la serpiente encima pagará luego la cuenta de la tintorería si el animal en cuestión te deja alguna machita en la ropa. O lo mismo son muy limpios y no te manchan pero que digo que si se arrastran por el suelo, muy limpios, muy limpios no estarán.....En fin alguna mancha sospechosa depués de echarte la foto??.
Ainsss me estan entrando ganas de irme a Marrakesh con lo que cuentas.
Sigue por favor describiendo tan lindo tu viaje.
Un besazo.
Qué lindo viaje,Zaffe, excepto lo de la serpiente, que por lo que veo lollevaste bastante bien, si ni siquiera te desmayaste...
Y eso de cruzar la calle, sí que debe ser difícil, no siendo de allí...
Cariños,
Lidia...(si escribes el libro, puede ser digital??? Yo no me lo pierdo!!!)
Si escribes un libro, desde luego será de lectura obligada.
¡Sí porfa! ¡Sigue! Lo de las mosquitas me parece así como, ossea, ssuper fuerteee... ¿Te puedes creer que a los maños tampoco nos dejaron entrar? Yo creo que ahí deben tener escondidos turistas atropellados o algo así, hum.
¡Besines!
Me ha encantado la frase de "Hay que ser marraqueño para saber cruzar sus calles" jejeje, llevan el arte del buen cruzador en los genes.
Besos!!
¡Qué pena, con lo que me hubiera gustado verte con la serpiente! Ja, jajajaja, eres "la repanocha montá en bicicleta" como dicen en mi pueblo. Me ha parecido verte dando saltos y esquivando pipís y demás cosas.... Me parto de risa y como ya te pongo cara, te veo dando saltos y....
Besos preciosa, eres un encanto.
Nanny: Sí, no nos dejan. Aunque dice Tamaruca que a los maños tampoco... Vete tú a saber...
Morgoth: Jajaja. Sí.
Instigador: A veces es bueno dar una segunda oportunidad, a pesar de que la relación haya sido corta y enrevesada...
Amy<: Bueno, estuve a punto de hacerme pis encima. Pero me contuve!
Nais: Pues si tienes oportunidad no te lo pienses!
Un besote a todos y muchas gracias!
Lidia: No te preocupes, te mandaré un ejemplar con mis huellas dactilares!
Anti: Más te vale! Que si no es por los amigos...
Tamaruca: Vete tú a saber lo que tienen allí escondido! A lo mejor es el tesoro de Alí Babá... O los cuarenta ladrones...!
Mescalino: Sí. Consiguen que se le crucen los cables a cualquiera...
Nani: Bueno, en bicicleta iban ellos... Yo fui todo el tiempo andando, y menos mal...
Un beso grande, gracias y hasta pronto.
¡qué buenos recuerdos me trae tu relato! Algún día (cuando la encuentre) te mandaré la foto de mi amiga Julia parando la circulación, como un guardia urbano, para que nuestro grupo se atreviera a cruzar de una acera a otra
Cigarra: A que sí! Qué bien que tengas unos recuerdos tan caóticos como los míos!
Un beso muy grande.
Pero ¿cuántas entradas me he perdido? Tu viaje a través de las impresiones que cuentas es muy divertido. Me voy corriendo a ver si puedo leer antes de la cena, la primera parte.
En ningún sitio -por mágico que sea- hay que olvidarse de la cena. Porque si te mueres de hambre a medianoche no hay frigo ni nevera que te ampare. Estos sabios consejos se recogen en los salmos de LHa Ghorda que dice con acierto: "si has de morir que no sea de hambre". Y añade: "Cuidado con los hombres que son más peligrosas que las hambres".
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