viernes, 30 de enero de 2009

Sevilla me queda al Norte

Desde luego, viajar a Sevilla ha sido fantástico. ¡No conozco otra Sevilla igual!



Como se puede apreciar en la foto, Sevilla tiene un TAV. Tren de alta velocidad. O tranvía... Aunque todo el mundo viaja en bici. Menos los que salimos en la foto. Que no tenemos tique. Yo estoy especialmente contenta porque una señora acaba de leerme la mano y me ha dicho que la tengo limpia. Menos mal... ¡Anda que si me llega a encontrar una chuleta! Y como premio me ha vendido una rama de romero. ¡A precio de ganga! Aunque yo no pienso cocinar estos días. Que para algo estoy de vacaciones.



Además del modernísimo TAV, Sevilla tiene muchas torres. La Giralda, la del Oro y la de Pisa. Entre muchas otras... Pero como son torres tan altas y torcidas no caben en la foto. Y sólo se me ve a mí que soy normal. A mis pies, una alcantarilla de Sevilla. Con reminiscencias árabes y moriscas. Una verdadera joya de la arquitectura grecorromana. Yo estoy especialmente contenta porque unos gorriones se acaban de hacer caca en mi abrigo. Así que, gracias a ellos, ya tengo traje de faralaes. ¡Y sin casi proponérmelo!



A la derecha, las murallas de Sevilla. Creo recordar... Y a la izquierda, una de sus famosas tascas con todos los platos a la vista. ¡Hay que ver lo bien que se come en Sevilla! Yo estoy especialmente contenta porque por fin voy a probar pescaito frito y chop suey de gambas. Al fondo, una de las pocas cuestas de la ciudad. Y me tocó a mí.



Adentrándonos en la Sevilla más salvaje podemos encontrar muchos parques y jardines. Como el de María Luisa, García Sanabria y Doñana. El de la foto no es ninguno de los tres. Pero tiene una fuente al fondo. La de Trevi. Yo estoy especialmente contenta porque por fin voy a poder tirar una moneda y pedir un deseo. Aunque tengo entendido que los deseos se piden en los pozos. Pero da igual. Así es más fácil recuperar la moneda.



No podía faltar en este reportaje la Sevilla monumental. Qué de monumentos hay en esta ciudad. Empezando por el Arco de Triunfo. Bajo el cual estoy haciendo guardia... Y terminando por el Puente de los Suspiros. Que cruza el río que pasa por debajo. Yo estoy especialmente seria porque estoy ensayando los suspiros que voy a dar cuando llegue al puente.



Pero señores... qué voy a decir yo de Sevilla...
¡Si Sevilla es para verla! Y enamorarse...


martes, 20 de enero de 2009

Milagros...

Cuando se me ocurrió quejarme de la espalda alguien me dijo:
-¡Pues tu vecina de enfrente hace milagros...!



Desde aquel día mi única obsesión fue conseguir un milagro para mí solita. ¿Qué forma tendría un milagro en la espalda? ¿Es que acaso me iban a salir alas? ¿Y de qué color serían? ¿Verdes tal vez? Decidí pedírselas de colorines, que van con todo. Así que me concentré en un nuevo problema. ¿Pero cómo duermen los ángeles? ¿Todo el tiempo vueltos para abajo? Porque de pie no puede ser... Aunque los pájaros no se quejan. Y nunca están cansados. Total que, perdida en éstos y otros profundos pensamientos, la semana pasada, por fin, coincidí con mi vecina en la escalera.

Como soy una persona clara y proclive, le dije sin ambages:
-¡Hola! Necesito un milagro en la espalda. ¿Tendrás un momento para verme?
-¡Naturalmente! - contestó - La consulta es de cuatro a siete. Te aviso desde que tenga un hueco.

¿De cuatro a siete...? ¡Fantástico! No sabía que los milagros se hicieran también por la tarde... En los huecos sueltos... Siempre pensé que tendrían horario de mañana. Y hasta las doce. Que es la hora del ángelus. Mejor así. Está claro que hay demanda de milagros, que si no... En fin, que se hacían milagros en la casa de enfrente ¡y yo sin enterarme! Hay que ver cómo es la gente. Qué calladito se lo tenían. La de loterías que se tienen que haber ganado... Aunque estoy convencida de que el milagro más grande lo llevamos dentro. Y no es el estómago...

Ayer por la mañana, cuando salí de casa, tenía un papelito pegado en la puerta. El papelito ponía: "Hola, soy Dinorah. Hoy a las 18:30 puedo verte en consulta. Trae ropa cómoda." Me quedé pensando un rato. ¿Cuál de todas las Dinorah que conozco sería...? Hasta que me di cuenta de la palabra "consulta". ¡Se trataba del milagro! ¡Por fin iba a enterarme de cómo duermen los ángeles! No me lo podía creer. Iba a ser la envidia del vecindario con mis nuevas alas de colorines. Así que por la tarde, cuando llegué a casa, me preparé para recibir mi propio milagro. Y a las seis y media me planté en la puerta de mi vecina dispuesta a aprender a volar.

Dinorah me recibió en un despacho muy acogedor. Perfecto para milagros. Y después de las preguntas de rigor, hizo que me tendiera en una camilla. Boca arriba. ¡Había llegado el gran momento! Cerré los ojos dócilmente, seguro que iba a recitar alguna letanía. O un conjuro mágico para hacer crecer las alas. Pero las únicas palabras que salieron de su boca fueron:
-¿Entonces,te has hecho alguna vez acupuntura...?

-¡Acupuntura! Ura-ura-ura-ura-ura...

La palabra sonó como un eco lejano y terrorífico en mi mente. Mi cuerpo se transformó en un trozo de madera, los dedos de los pies se clavaron en la camilla y mis manos adoptaron una postura bastante antinatural piediendo socorro. Creo que hasta se me cayó un mechón de pelo. Y del fondo de mi garganta surgió un potente alarido que fue perdiendo fuerza en el camino y salio por mi boca como un "Psssssssssss..." Abrí los ojos tan redondos como lunas. Y la imagen que vi me los cerró otra vez. Dinorah estaba de pie, a mi lado, con una dulce sonrisa.¡Y un bote de agujas gigantescas en la mano! ¿Pero quién habrá inventado las agujas? ¡Con lo bonitos que son los imperdibles!

Y allí estaba yo, tendida en una camilla y a punto de ser pinchada a la colchoneta como un insecto disecado. La dejé hacer. Digo yo que los milagros también cuestan... Y fue tanto lo que hizo, que me dejó como una muñeca vudú. ¡Qué clavada! Me puso agujas desde el centro de la cabeza hasta los tobillos. Pasando por la frente, el estómago y las muñecas... ¡Pues sí que cuestan los milagros! ¡Anda que como las alas no sean de mi agrado...! Después me dio la vuelta, me puso un paño ardiendo y me chupó la espalda. Con una ventosa. Qué buen método para sacar alas. Con una buena ventosa no hay ala que se resista. Me gustaría saber qué pasaría si me aplico las ventosas por delante... No sé... ¿Saldrán alas también? O qué...

Salí de la consulta como un colador, bastante relajada y con un bote de 200 pastillas que se llaman Xiao Yao Wan. Mira que hablan raro los ángeles... Total que estoy contenta. La espalda no me duele y las alas despuntarán de un momento a otro. El lunes vuelvo. A ver si me entero de cómo duermen los ángeles... Porque ayer, con la emoción, se me olvidó preguntar.

Y otro día les hablo de Sevilla...

domingo, 11 de enero de 2009

Reyes y demás celebraciones

Llevo unos días muy ocupada. Jugando.



Contra todo pronóstico el día de Reyes cayó un 6. Y martes... Justo a mitad de semana. Como los miércoles... Yo esperaba que este año cayera un jueves 8, para empatar con el fin de semana. Pero se conoce que los Reyes tenían prisa. Así que me fastidié, porque casi no me dio tiempo de disfrutar de mis regalos. A ver si el próximo año hay más suerte y llegan el 8, que si no...

A pesar de lo intempestivo de su llegada, los Reyes han sido muy generosos conmigo. Reconozco que me lo merezco, porque he estado todo el año portándome bien. Y no he faltado ni una vez al cole. Además, todos los días dejo que se me cuele un coche en los atascos. ¡Y eso no lo hace cualquiera! Así que mis buenas acciones han dado fruto. Contribuir al buen funcionamiento del tráfico es fundamental... Por tanto he decidido que este año voy a dejar que se me cuelen ¡por lo menos cinco! A ver qué pasa. Seguro que a los Reyes les va a encantar...

Total, que estoy muy contenta. En mi casa me han dejado muchas cosas, pero el juguete que más me gusta es el "Brain Training". Es una maquinita que mide tu edad cerebral. Y además, sirve para entrenar el brain... Que no sé lo que es. No entiendo por qué mi hija se lo pidió a los Reyes. A lo mejor fue porque el otro día, en la gasolinera, en vez de firmar el papel que me dio la dependienta, lo cogí rápidamente, hice una pelota con él y lo tiré a la basura. La dependienta y yo nos quedamos mirando en silencio. Fui a la papelera, desarrugué el papelito, lo firmé y ¡listo! Sólo se rieron cuatro... Los demás le dijeron a mi hija que me pidiera el "Brain Training" para Reyes.



Y qué alegría. Me he pasado horas jugando y los resultados han sido excelentes. ¡Mi edad cerebral es de 80 años! Y yo pensando que era una niña... ¡Hay que ver lo que he madurado sin darme cuenta...! Pero mi hija me supera. ¡Mi niña tiene una edad cerebral de 83! Estoy tan orgullosa... Está claro que de lo que se cría se mama. Si sigue así, cuando sea mayor, va a ser casi tan lista como yo. Aunque no creo que me supere... ¡Y en casa de mi no pareja me trajeron un portátil de verdad! Pero todavía no lo he usado. ¡Porque todo mi blog está en el ordenador antiguo...! Así que tendré que seguir escribiendo en el viejo. Si no encuentro otra solución...

Mi madre sí que fue previsora, no como los Reyes. Decidió tenerme un viernes 16 de enero. Buena fecha. Así que la semana que viene, como todos los viernes 16 de enero, será mi cumpleaños. Qué bien. Mi no pareja me ha regalado un viaje sorpresa. Es a una ciudad que empieza por "Sev-" y acaba en "-illa". Gracias a mi "Brain Training" y después de un buen rato de entrenamiento, creo que el viaje sorpresa va a ser a Sevilla. O por lo menos cerca... ¡Sevilla! ¡No me lo puedo creer! ¡Sevilla con su Feria de Enero! ¡Sevilla con su Giralda! La de ensaladas que voy a comer. Tomates con Giralda, lechuga con Giralda... Y hasta pan con Giralda si hace falta... En fin, que estoy más contenta que un Alcázar con la sorpresa de mi no pareja.



Total que por ahí andaré a partir del próximo jueves. Acepto encantada sugerencias. Para conocer mejor Sevilla... Y es posible que Córdoba también.

Disculpen mi poca actividad últimamente, tanto en respuesta a sus comentarios, actualizaciones y visitas a sus respectivos blogs, pero el "Brain Training" me tiene subyugada... Desde que logre llegar a una edad cerebral de 85 volveré con más brío. Mientras, ¡feliz cumpleaños a todos!