domingo, 25 de noviembre de 2007

Tu quoque mater?

Si hay algo que he procurado enseñarle a mi hija desde pequeñita es que hay que decir siempre la verdad. Aunque te cueste.

Mentir no es bueno para la salud. Si mientes no duermes bien y además, te crece la nariz. Como a Cyrano. Por eso siempre que conozco a alguien nuevo, antes de darle un beso, me quedo mirándole fijamente a la nariz. Aunque la verdad sea dicha, este truco no te protege del todo de los mentirosos...

Recuerdo una chica amiga mía que se llamaba Rosi. Rosi tenía una nariz descomunal, siempre roja y llena de pañuelos. Desde el primer día empecé a llamarla Esther. ¡A mí no me iba a engañar...! En esa época quedamos varias veces, pero yo nunca acudí a las citas. Porque no me la creía... Hasta que un día Esther se operó la nariz.

Cuál fue mi sorpresa cuando me di cuenta de que Esther, a pesar de su nariz pequeñita y respingona, seguía haciéndose pasar por Rosi. Aquel día supe que hay gente que nace mentirosa aunque intenten disimularlo por todos los medios. Las narices ya no eran tan fiables. Así que, desengañada, decidí creer sólo en lo que realmente me convenciera.

El día que me dijeron que La Luna era de queso, me lo creí. ¡Con lo que a mí me gusta el queso...! Y cuando lo dije en clase los niños quedaron encantados. El Ratoncito Pérez y Speedy González ya nunca pasarían hambre... Pero lo que nunca he podido creer es la absurda historia que cuentan por ahí de que los niños vienen de París. ¡Qué tontería! Como si todos los niños hablaran francés... Y además ¡también hay cigüeñas en España!

Este profundo y ensimismado tratado filosófico sobre la mentira tiene su razón de ser. No está aquí porque sí. Y tiene que ver conmigo. Aunque todavía no me ha crecido demasiado la nariz, yo también he intentado mentir alguna vez. Y ha sido desastroso. A pesar de mi amplia y enrevesada experiencia, no sé mentir. Y cuando lo hago, se nota. Mucho...

Así que empecé a ensayar con mi hija, a ver si lograba respirar mejor. Empecé un día de hace ya muchos años. Mi hija tendría unos seis por esa época. Tenía la niña un hermoso pelo largo del cual, como tiene que ser, se sentía muy orgullosa. Pero el destino, como siempre muy cruel, quiso que una voraz plaga de piojos hiciera su esperada aparición en el colegio. ¡Piojos! ¡Qué asco! No podía permitirlo. Una experiencia tan nefanda se salía de mis cálculos. Así que decidí llevarla a la peluquería para cortarle el pelo.

Por aquella época mi hija quería ser futbolista. Yo me sentía muy orgullosa de ella y, sin ánimo de lucro, me imaginaba haciendo anuncios televisivos como la madre de Ronaldiño. Qué suerte. Una hija futbolista. ¡Y famosa...! Le propuse pues cortarse el pelo, como cualquier futbolista que se precie, pero la niña dijo que no. ¡Que cómo iba a ponerse la cinta en la frente con el pelo corto! Y por mucho que intenté convencerla de que Sansón siguió metiendo muchos goles después de cortarse la melena, no hubo nada que hacer.

No podía ser. No sentía ningún rencor especial hacia los piojos, pero, en esa época, prefería las hormigas. Así que me armé de valor, me senté en el sillón, le cogí las manos y mirándola fijamente con los ojos cerrados... le mentí. "Sólo van a ser las puntas linda- le dije con todo el descaro del mundo- No voy a permitir que la mala de la peluquera te corte más". Y se lo creyó. ¡Angelito!

Fuimos al matadero cogidas de la mano. Y cantando "Abuelito dime tú" llegamos alegremente a la peluquería. Cuando le tocó el turno a mi hija la senté dulcemente en el sillón, contemplando por última vez su largo pelo de color indefinido. Rápidamente puse en marcha mi plan. Con voz atronadora y cantarina dije lo más alto que pude: "Sólo son las puntas ¿eh? ¡Las pun-tas!".
Y como la niña estaba de espaldas empecé a mover las manos en el aire indicándole con gestos inequívocos a la peluquera que tenía que cortar bastante. Si hubiesen traducido mis movimientos se hubiera oído: ¡Cortaaa, corta todo lo que puedas!

De repente me quedé paralizada con un mechón de mi pelo en la mano y dos dedos en forma de tijera cortándolo, mientras mi boca muda decía en silencio "cortaaa". Mi hija, de espaldas a mí, estaba sentada, como no, frente al espejo, en el que se estaba reflejando toda mi traición. ¡Pero a quién se le ocurre poner una espejo en una peluquería! ¡Maldición! Estos decoradores modernos no saben lo que es sobriedad. ¡Si con una pared basta! ¡Qué necesidad de verse uno la cara!

Sus ojos atravesaron el espejo y fueron a darme directo al corazón y a la vergüenza. Me sentí cual Bruto traicionando a César. Pero al revés... Bruta yo, sin lugar a dudas, y bruta también la peluquera que no fue capaz de pararme a tiempo. Total que le cortaron la puntas. Sólo las puntas. Y salimos de allí cómplices discretas de una mentira concebida y abortada al mismo tiempo.

Nunca me lo echó en cara. Nunca. Pero lo tiene dentro, lo sé. Desde entonces, cuando vamos juntas a la peluquería, se sienta de espaldas al espejo, me mira y se ríe con sorna.
Yo bajo los ojos, cojo una revista, me acurruco en una esquina y espero, paciente, a que termine.

Moraleja: Si no sabes mentir bien, más te vale predicar con el ejemplo.







50 comentarios:

JOHNNY INGLE dijo...

Ah, pero era muy radical ese remedio de cortar el pelo hast alas raíces. Si estaba a mano el viejo truco de lavar la cabeza con gasolina...

Por muy cara que esté...

La leyenda de que la Luna es un queso puede que en el futuro se convierta en verdad. Parece que los chinos están planeando para el 2020 una estación lunar, con el fin de poder explotar el Helio 3, tan abundante en la Luna, que sería una fuente de energía limpia y abundante. Así que, de alguna manera, acabaremos alimentándonos de la Luna.

Eso sí: a partir de entonces el círculo de plata dejará de parecernos tan romántico.

Zafferano dijo...

Jonny Ingle: Y sólo faltan trece años...! Esperemos que no exploten la luna entera, a ver si no de donde sacamos el queso...

Besitos y buenas noches.

Lidia M. Domes dijo...

Aprendemos tantas cosas con nuestros hijos, sobre todo con los primeros, pobrecitos las que deben pasar hasta que nos hacemos madres de verdad!!!

Un abrazo!!!

Lidia

Anónimo dijo...

No sé por qué mis hijos, cuando eran pequeños entraban a la peluquería y no paraban de llorar. Era un verdadero suplicio cortarles el pelo. Ahora tampoco quieren cortarse más que las puntas. Un beso

Necio Hutopo dijo...

No te preocupes, tu hija hace ya rato que se vengo de la fallida mentira... Sólo que tu no te haz enterado

Raquel dijo...

Yo también miento bastante mal, pero intentaré no volverlo a hacer en esas odiosas peluquerías con espejos.

Un beso

Anónimo dijo...

Me has dejado planchada, acabo de descubrir el motivo de mi desastrasa vida sentimental, esa atracción fatal que siento por hombres tipo Adrian Brody que hace sin lugar a dudas que sea blanco fácil de las mentiras calculadas de estos maestros del amor, cachis.

Anónimo dijo...

Ya lo decía el Principito de Saint-Exupèry: "Los niños deben ser muy indulgentes con las personas mayores" -y añadiría yo: y con sus madres, mucho más.
Un abrazo grande.
Hannah

Lara dijo...

Y es que mentir es todo un arte, jajaja...
Besos.

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Yo tampoco sé mentir y se me nota muuuuuuuchooooo.
Ufffff, los piojos ¿Porqué nos darán tanta grima a las madres, cuando es tan normal en un niño? Los odiaba mi madre, los odio yo y los odia mi hija, cuando el remmedio de las abuelas es tan efical. Vinagre, gorro de ducha y una horitas, después, todos esos energúmenos asfisiados, lo malo son esos huevecitos tan incordio, ehhh. Hay que repetir la operación y la verdad es que mejor cortar por lo sano, ¿verdad?
Zaff, que bonito te ha quedado decirnos que no está bien mentir y menos a los hijos, porque se suele recoger lo que se siembra.
Besitos guapa, me encanta pasar por aquí.
nani

La Maga dijo...

La frase siguiente es verdadera.
La frase anterior es falsa.

Anónimo dijo...

mi madre siempre decia dos cosas respecto a las mentiras: "para mentir hay que tener memoria" y "las mentiras tienen patas cortas" ... yo he sido y soy algo mentirosita, pero a la vez soy bastante ingenua y he comprado muchas veces mas de un buzon ... y a proposito, no hay ciguenas de Paris, los ninos nacen de los repollos, que va ... y el de la nariz que crecia con las mentiras no era Pinocho??
besos,

Anónimo dijo...

Lidia: Lo malo es que nosotros también aprendimos de nuestros padres. Sobre todo siendo los primeros...

Susana: Los pobres... Seguramente se verían perdidos en ese angustioso mundo de secadores!

Necio Hutopo: Mucha razón que tienes. Estaba empezando a sospecharlo...

Raquel: Desde entonces también me pongo las gafas de sol para ir a la peluquería.

Amy: Cuánta verdad encierran tus palabras! No sé si tendré un punto masoquista, pero a mí también me encantan las narices prominentes...

Hannah: Estoy sacando un master de Indulgencia. Mi hija no tanto...

Lara: Pues más vale que me dedique a la albañilería...

Nani: Puaj! Las liendres! Por suerte ni a mi hija a mí se nos ha pegado nunca un piojo. Me refiero a los bichitos...

La Maga: A mí con tucos no Maga...! Que mi cabeza no está para pensar qué quieres decir con "frase"...

Muchos besos a todos y gracias por venir a verme

<

Anónimo dijo...

Eva: Nos cruzamos por el camino... Qué comentario tan denso e intrínseco! Una de las cosas por las que he renunciado a ser mentirosa es porque después me olvido de lo que dije, pero lo he intentado. No sabía que las mentiras tenían patas de piojo. Todo cuadra. En cuanto a los repollos, no conozco esas aves, pero tiene que ser muy bueno el repollo al chilindrón. Y sí, el pobre Pinocho creció rodeado de mentiras, por eso se lo comió una ballena...

Un besote grande y muchas gracias por tus ideas.

Anónimo dijo...

Lo de las madres y las peluquerías es tema de psicoanálisis. Yo tengo 48 años y mi madre todavía pretende decirme cómo debo tener el pelo y cómo me lo debo de peinar.

Anónimo dijo...

Bueno, sí siempre se puede ser sincero mejor que mejor! Pero siempre van a estar ahí las mentirijillas piadosas...que tarde o temprano salen!

Un saludo!

Micky dijo...

A mí me cuesta mentir, me entran unos remordimientos de conciencia...

Por cierto no es Pinocho al que le crece la nariz? :P

Besos!!!

Anónimo dijo...

Poldió, me has recordao una que va a ser tema de contar en un post, se te van a poner las venas como escarpias.

En cuanto a las narices mentirosas... ¿no dice la leyenda que luego en la cama......?????????????????? Estooooo, ejemmmmmm, rrrrrrpppfidoifj,,,,,,, pos eso, jejejje

Besazos.

Anónimo dijo...

Cachis y yo que iba a usar ese viejo truco para cortarle el pelo a mi niña...

De todas maneras está bien enseñar a las niñas que, cuando a una peluquera le dices que te corte "sólo" las puntas, normalmente sales con cinco u ocho centímetros menos de pelo :D

Besos

Anónimo dijo...

Kotinussa: jajaja! Por eso me fui de casa... pero cuando vuelvo, como el turrón por navidad, mi madre sigue intentándolo...

Antonio José: Opto por los silencios. Ni mientes ni nada. Te lo callas...

Vivas: Te refieres a Pinocho de Bergerac? No hombre, no. Ese era un poeta que escribía versos de amor y nació mentiroso porque tenía la nariz grande, no le creció después... A ver si nos ponemos al día!

Illya: Cuéntalo, cuéntalo! Es cierta la leyenda que me cuentas??? mañana mismo salgo a la calle con una cinta métrica a medir las narices del vecindario. Ya te contaré si es cierto o no...

Nanny: Sí, porque mi madre no me lo dijo y estuve muchos años saliendo de la peluquería como Cristóbal Colón! Cuando vayas con la niña, busca una que no tenga espejos...

Besazos a todos y muchísimas gracias.

Anónimo dijo...

Se entiende que mintieras, claro que sí. Yo tampoco se mentir, se me nota mucho y no me gusta (mentir, no que se note). Lo de la nariz, ja!!! Tengo la impresión de que me crece en las épocas frías del año, sobretodo cuando me veo obligado a gastar una desorbitante cantidad de Klinex en sonarme.

acoolgirl dijo...

ooohhh!!! Pobrecita tu niñaaa... a mi me haces eso y te mato, que lo sepas!!! Jajajaja!!!

La verdad es que estoy contigo, o se miente bien o mejor no hacerlo... que luego se pasa mucho bochorno!!!

Un besazooo

celebrador dijo...

Bueno, cada cual según su experiencia, pero me parece a mi que no es precisamente la nariz lo primero que se mira en una mujer

Y es que, ¡hay tanto que mirar!

Glory dijo...

la cuestion es que todos nos excusamos diciendo que mentimos mal y tal, pero a la hora de la verdad, las cosas no concuerdan jaja

un besito

Anónimo dijo...

Pero qué pacha? No habían champús anti-bixos por "aquel entonces"? jajaja

Recuerdo cuando mi madre me sobornó con un helado para cortarme el pelo a los siete años...Maldita sea, qué barata soy jajaja

También me acuerdo del trauma que le pillé al champú de las na...ejem, de tanto apretar los ojos para no "quedarme ciega", ahora parezco chinita :P LOL

Muaks, que tengas un estupendo día

Anónimo dijo...

Esto... recuérdame que no te dé nunca la espalda si no es en una peluquería......

Morgoth dijo...

Menudos zx@j*k!!

A quién se le ocurre poner espejos???

Yo tengo la costumbre de no mentir, manías mías.

Besazos!!!

Franziska dijo...

Es una pena que tus cuentos sean tan cortos. Me gusta ver como vas pasando por las distintas secuencias -siempre vistas con buen humor-. La verdad es que sólo puedo decirte que me ha gustado mucho, como siempre. Y la verdad, lo que más admiro de ti es la fluidez y la cercanía que le transmites al relato que parece que estás contando tus experiencias reales.

by Alex dijo...

.....Las Madres....
Lo que teneis que hacer, por vuestras hijas....¡¡incluso mentir!!....bueno, intentar mentir...porque...tienes razón...no todo el mundo puede o sabe mentir...
Pero tambien hay espertos mentirosos, que te la meten doblada al mas minimo descuido..
Mentirosos, que solo pueden ser descubiertos por espertos detectores de mentirosos...¡¡¡LOS COJOS!!!....(=|O)
Besote.

Anónimo dijo...

Acoolgirl: Cualquiera se atrve contigo! Con la experiencia que tienes en peluquerías...!

Celebrador: Ay pillín! Y yo pensando que eras un místico...!

Glory: Tampoco concuerdan a la hora de la mentira. Por consiguiente, las cosas no concuerdan nunca!

Kandra: Entonces también eres buena y bonita... Besote.

Marguerite: Pol dió! Nunca te haría yo eso! Y si eres más alta que yo...!?

Morgoth: Ah sí? Ahora resulta que eres un maníaco? No me lo puedo creer!

Franziska: Gracias linda,por todas las cosas bonitas. Sólo hay dos post que me he inventado totalmente, el de las marcas y el del 3x2. El resto son experiencias reales, por eso las cuento con fluidez. Sólo es cuestión de recordar...

By Alex: Jajajaja! Lo del cojo casi no lo cojo! Pero ya me acordé del dicho...

Muchísimos besos y gracias a todo el mundo. También a ustedes.

Anónimo dijo...

Anti: ¡Anti! ¡Que no te vi! Como vas tan de negro... te confundí conmigo misma!

Para ti el beso especial.

Franziska dijo...

Soy Franziska y estoy flipada. Acabo de hacer una visita a ese blog y resulta que me lo encuentro publicado en el mio. De verdad que no entiendo lo que pasa y ver si puedo aclararme. ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

¡Dios santo!

Morgoth dijo...

Maníaco y caníbal... lo tengo todo jajaja ;)

Has leído la etiqueta??

Besos!!

mariapán dijo...

jjajaja...tienes toda la razón, a mí, cuando miento, me sale un cartel de neón rojo en la frente que me llena la cara del susodicho color y dice: ESTA METIÉNDOTE UN ROYO, ESTÁ METIÉNDOTE UN ROYOOOOO!!!!!UFFF que mal!!con lo necesarias que son las mentirijillas para las educadoras!!!jejjeej
Besitos guapetona

Tamaruca dijo...

¡Te lo mereces! :PPP


Mi abuela también me enseñó a no mentir -¿Por qué demonios haría semejante cosa?- y es terrible, cada vez que tengo que poner una excusa o similares me vuelvo de color fuxia, nunca se lo perdonaré; si un día tengo una hija (dios no lo quiera) la enseñaré a ser supercabrona. Con un par.

¡Muschísimos besos!

Zafferano dijo...

Franziska: Jajaja! Espero que se haya solucionado!

Morgoth:A ver si te vas a llamar Aníbal... No me lo digas, no me lo digas...

Mariapan: Es tremendo!Frente, mejillas, barbilla y si me apuras hasta las pestañas de un lindo color carmesí.

Tamaruca: Je! Si vieras para lo que han servido mis abnegadas enseñanzas...! Ni se pone colorá ni ná.

Buenas noches y gracias por las visitas.

Cigarra dijo...

Pues yo miento poco porque soy perezosa y luego se me olvida lo que dije y me pillan. Pero si me tengo que inventar una excusa (que entran dentro de la categoría de las mentirijillas) la adorno con tal cantidad de detalles verídicos que me la creo y ya ni me pongo colorada ni nada. Del tipo: "es que cuando salía de casa se ha caido una viejecita en el paso de cebra delante de una moto, y claro, cómo no la iba a llevar a urgencias, y la pobre con el susto se le ha olvidado donde vivía y al registrarla para llamar a su casa me han acusado de querer robarla, y hemos acabado en la comisaría. Así que por eso no he ido a tu cumpleaños". Por ejemplo. Casi lo que me parece mentira es que no haya ocurrido así de verdad, con lo emocionante que hubiera sido ¿no?

Anónimo dijo...

  Me gustó la historia. Ya sabemos que tu punto debil es no saber mentir. ¿Nos cuentas otra?

Anónimo dijo...

Ahora entiendo porqué cuando mi madre decia "solo las puntas" aparecia yo con el pelo por encima de las orejas.... Qué pena no haber mirado antes al espejo!!!

Muaaaaaaaaaa!!

celebrador dijo...

Oya moza ¿místico = "tonto del bote" o algo así?

Anónimo dijo...

Cigarra: Jajaja! pero que excusa tan excelente! Cómo no se me habrá ocurrido a mí antes... Ya sé lo que tengo que decir cuando no me apetezca ir a un cumpleaños...

Pegasux: Pero pero pero que no te lo crees? Pregúntale a mi hija, a ver qué te dice...!

Dark eyed girl: Ves? Este tipo de reflexiones nos ayudan a llegar a lo más profundo de nosotros pispos y revelar así, los más oscuros secretos del pasado. Los espejos son traicioneros amiga!

Celebrador: Del bote no! Válgame dios! ...y tonto tampoco...
Yo de vez en cuando soy mística, y en esas épocas mi pensamiento es tan filosófico que anula mis sentidos. Veo que no es tu caso. Tu pensamiento y tus sentidos se conjugan a la perfección. Ahora entiendo por qué lo celebras tanto!

Un místico beso a todos y otro, terrenal, directamente en la mejilla.

celebrador dijo...

Muaaaaac, muaaaaac

Silvia Cristina Cuesta dijo...

Siempre te leo, me rio y nunca dejo comentario.
Te empecé a leer, por mi amiga Lidia, cuando fué tu problema con la muela y fuiste a Don Tólogo Jajaaja.En mi casa somos a veces de hablar así!!
Y me han ocurrido cosas Que digo: Esto sería para Zafferano.Ya como si fueras de la flia.
Asunto mentir: Yo cuando miento, a los dos segundos digo la verdad. No puedo.
Es verdad de que las mentiras tienen patas cortas!!!

Alegría y Paz Silvia

Anónimo dijo...

Así da gusto, llegar a casa hecha polvo y encontrarte con estas cosas tan agradables...

Celebrador: Requetemuak!

Silvia: Que comentario tan acogedor...! Me pasa lo mismo con las mentiras, antes lo intentaba cuando me veía en apuros, pero sólo llegaba a la mitad y me arrepentía. Ahora se queda en puro planteamiento. No vale la pena...

Un beso enorme a los dos y muchas gracias.

Rubén dijo...

Esa amiga tuya, Rosi... con una nariz descomunal... ¿no sería Rosi de Palma?

Hay que tener mucho, pero que mucho arte para mentir bien. Yo considero que sé mentir bien, pero ha sido a base de sufrir unas "pilladas" de desear que me tragase la tierra. Pero ahora no. Ahora, y con la sangre fría que me caracteriza, engañaría hasta a un detector de mentiras.

¡¡Muchos besos!!

erMoya dijo...

Luego también esta la antítesis de lo que dices. Digase mi mae.

Da igual lo enrrevesada, compleja, y perfectamente creíble que sea una mentira. Da igual que me cubra la espaldas sobornando a todos mis colegas con cerveza gratis a cambio de su silencio. Todo da igual, al final, siempre de alguna forma, me acaba pillando ¬¬.

:P

Besos!

Anónimo dijo...

http://atrapalopuntoblog.com/657/concurso-1-ano-en-1-post/

Zafferano dijo...

Rubén: jajaja! Rosi de Palma se ha operado de la nariz? Pues que bien se la dejaron!

Ermoya: Y de qué tamaño tienes tú la nariz?

Marguerite: En qué follón me he metido...

Besos a los tres y muchísimas gracias.

El Analista dijo...

Ejem, no soy tan noble, durante años hice de la mentira un arte, ademas tengo buena memoria, con el tiempo deje de ejercer por que no me satisfacían los resultados, no predico la verdad no tengo autoridad moral, pero es mas lindo ser lo que uno verdaderamente es, si no es mas lindo al menos cuesta menos trabajo.

pseudosocióloga dijo...

Yo creo que en sus cuatro añitos y medio, jamás he mentido a mi hija.Acaba de llegarme un correo de que ha llegado la plaga al cole....mmmmmmm